Mitchele Vidal | @imagenesurbanas

domingo, 24 de febrero de 2013

Amarillo deterioro

 Fotografía: Odoardo Rodríguez. Lugar: Estación Chacaito, Metro de Caracas

Con apenas 3 minutos de diferencia entraron a mi bandeja dos correos referidos a Jesús Soto. El primero, enviado por el arquitecto y artista visual Carlos ZerpaAbzueta, decía que el El centro de Arte Contemporáneo Pompidou de París exhibirá 20 obras del venezolano Jesús Soto donadas al estado francés. El segundo, enviado por el arquitecto Odoardo Rodríguez, entusiasta colaborador de este blog caraqueño, adjuntaba una foto que da cuenta del grado de deterioro de una de las obras del gran maestro del cinetismo en nuestra ciudad.

Dos caras de la misma moneda. 

Una brillante, espléndida, nos muestra cuan reconocido es Jesús Soto internacionalmente y qué orgullo representa para una institución cultural, como el Centro Pompidou, exhibir obras de este artista universal, nacido en Guayana, que dejó un importante legado plástico. La otra cara -para más INRI, la nuestra- da cuenta de lo poco que valoramos nuestro patrimonio artístico. 

Nada nuevo, por cierto, si recordamos que la Esfera Caracas, ubicada en la autopista Francisco Fajardo, fue totalmente desmantelada en las narices de los militares, sus vecinos de la base aérea La Carlota. El resto fue noticia..."PDVSA La Estancia en su incansable labor de rescate del patrimonio cultural de Venezuela y bla, bla, bla, rescató esta obra cumbre del maestro guayanés para el disfrute del pueblo, etcétera, etcétera".

Ok. 

El mismo gobierno que custodiaba la esfera naranja es el responsable de Progresión amarilla, nombre de esta obra herida en las fauces del Metro de Caracas. Hasta algunos medios oficialistas se preguntan por qué se encuentra en tan deplorables condiciones y sus directivos no ordenan, al menos, su limpieza. Y Consuelo Méndez también dejó constancia, con excelentes fotos, de la situación actual de Progresión amarilla.

Sirva este breve comentario para recordar que ya perdimos otro Soto ubicado en la Torre Capriles, de Plaza Venezuela, hoy torre SENIAT. Ni hablar de los que nos recibián al entrar al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. 

¿Hasta dónde llegará la desidia gubernamental por nuestro patrimonio artístico? ¿o es que la idea es dejar morir lo nacido en democracia para luego "recuperarlo" y ganar indulgencias con escapulario ajeno?

sábado, 16 de febrero de 2013

¡Lámpara urbana y libros!

Caracas tiene, desde inicios de diciembre, un motivo para alegrarse: Lugar Común, la nueva librería. Sus hacedores son cuatro mosqueteros de las letras y -como he seguido sus cuitas por Facebook- sé que todo comenzó con un juego de palabras entre comunismo y lugares comunes hasta llegar al Lugarcomunismo. Nombre de la editorial homónima de padres comunes y nada corrientes con más de 10 títulos publicados en poco más de un año. El último, bautizado esta semana, es nada menos que una recopilación de la obra poética de Alberto Barrera Tyzka.

Rodrigo Blanco Calderón, Willy McKey, Garcilaso Pumar y Luis Yslas apuestan por una Cooperativa Editorial en tiempos en que algunas librerías han cerrado (Lectura y Macondo) y otras esplenden, como Kalathos y El Buscón.

Personalmente creo que esto del esplendor líbrico -que no bíblico, y menos en tiempos de renuncias papales- tiene mucho que ver con reinventarse en un país y una economía non sancta. Especialmente, en tiempos de devaluación y con un control de cambio que nos catiga desde hace 10 años. 

Abrir una librería en estas tierras gobernadas por ánimas tiene mucho que ver con haber comprendido que una librería no es solo un espacio para vender libros. También es un sitio para la conversa literaria, la exposición de fotos y las tertulias con autores criollos. Amén de ánimo y oficio para dictar talleres de lectura, poesía y escritura. 

La veda cambiaria nos niega novedades de ultramar pero nos pone creativos. 

Entonces, los lugarcomunistas, en un gesto nada común pero sí muy piadoso, se hacen de un local espléndido en una esquina de la plaza Altamira, a un salto desde cualquier autobús caraqueño -muchos pasan por la hermosa y transitada Francisco de Miranda- y a una carrerita de la estación Altamira del Metro caraqueño.


Los lugarcomunistas no dejaron al azar la ambientación de este nuevo reducto literario, sino que entregaron a los arquitectos Maitena De Elguezabal y Guillermo Barrios la responsabilidad de ponerle luz al templo de los libros. Lo hicieron con mucha fe y estantes de blanco purísimo. 

La pródiga luz interior se convierte en lámpara urbana iluminando de noche a los caminantes. Esos que no pocas veces se inhiben de recorrer nuestra ciudad por temor a lo que esconde la oscuridad. Al minimalismo de los exhibidores utilitarios se avecinan piezas retro armando pequeños espacios para el disfrute de los adultos y letras de otras épocas trepan muros y avivan paredes. Tampoco olvidaron el rincón para la siembra de lectores. Allí reina el color; un guiño para atraer a los locos bajitos. Pronto habrá café y galleticas y ¡ojalá! unas mesas sobre la ancha acera que la bordea por norte y oeste. 

Ruego a los conductores que dejen su carro en el estacionamiento de la plaza Altamira, porque para disfrutar de este lugar nada común hay que llegar a pie y sin tocar corneta.

Notas indispensables: 
Coordenadas: PB, Edf. Humboldt, av. Francisco de Miranda. Los Palos Grandes.
Todas las fotografías de este post son de Florangel Rodríguez

lunes, 11 de febrero de 2013

¿Quién le pone el cascabel al casco?

En Caracas la moto es transporte de carga, empleo informal (moto-taxis) y lo que es peor, transporte escolar. 

En un país donde la gasolina es regalada (llenar un tanque de 40 litros cuesta Bs.3 mientras una botellita de agua, de 250ml. cuesta Bs 8) y el carro es un símbolo de estatus, todos quieren andar sobre ruedas. A estas alturas, los que creyeron que un gobierno "socialista" aumentaría la gasolina porque los "burgueses" son los que tienen carro, calleron por inocentes.  

Muy poco se ha invertido en transporte público en estos 14 años. Son escasas las nuevas rutas urbanas y extraurbanas. Tampoco se ha renovado el parque automotor de lo público y los autobuses del Transmetrópoli y el BusCaracas recorren nuestra ciudad sin un mapa de rutas concertado. El Metro, que fue referencia por su excelente servicio, está absolutamente saturado; sufre constantes retrasos y destaca por el pésimo mantenimiento en muchas de sus líneas.

Tampoco hay inversión en infraestructura vial. Tenemos las mismas vías de hace 20 o 30 años pero muy deterioradas. Sin luz, sin señalización y con el asfalto lleno de parches o de huecos. Los caraqueños pasamos horas muertas en un carro o un autobús a 5Km/hora. Por todo esto, la moto se ha convertido en la solución particular a un problema colectivo.

Lo que sí hay es demagogia. La gasolina no solo sigue siendo subsidiada por el Estado, sino que la importan al valor del mercado internacional para "venderla" al precio irrisorio que referí en las primeras líneas de este post: unos pocos centavos de dolar.

Pero como los ansiados carros están caros y escasos (10 años de control de cambio marcan una brecha entre el cambio oficial, Bs.4,30 y el paralelo -más o menos- Bs. 20) el gobierno promueve y financia el uso de la moto. Motos para el "pueblo" en lugar de buen transporte público para todos.

En cuanto a las cifras y según datos suministrados a esta cronista por la ingeniero Celia Herrera, especialista en vialidad y transporte urbano, hay 245.000 motorizados censados al 30/1/2013, conforme a lo declarado por el presidente del Instituto Nacional de Transporte Terrestre, Dante Rivas. Este artículo habla de 800 líneas de mototaxis. 800 líneas...hace un año...

Como tenemos un clima muy bondadoso; con sol casi todo el año y una lluvia tropical que escampa bajo cualquier puente en el camino, no hay nieve ni frio extremo que reduzca el uso de la moto como en otras ciudades. Nuestras autoridades -insuficientes e ineficientes- no hacen cumplir las normas, incluso las violan, como da fe esta imagen tomada de La Patilla.com. Ustedes dirán si Venezuela, y especialmente Caracas, no son territorio fértil para motorizados.

¿Quién dijo miedo? Puedes ir en moto a llevar tus niños al colegio. Nadie te pondrá una multa y la virgencita los protegerá. También puedes llevar el mercado; cajas y hasta piñatas. No importa que esos paquetes te exijan un poco más de equilibrio...

De cada empresa expropiada, confiscada o quebrada -gracias a los favores del gobierno socialista- salen desempleados convertidos en "emprendedores mototaxistas" para quienes los semáforos son  elementos decorativos que cambian insistentemente de color, sin que ellos lo noten. Las aceras son un estorbo donde los peatones se creen dueños y señores y las flechas están ahí para comérselas.

La anaraquía es tal que hasta algunos medios oficialistas escriben sobre este grave problema y exigen se dé cumplimiento a la normativa. El Reglamento de mototaxis salió en gaceta el 5/10/2011 pero seguimos esperando su implementación porque ¿quién le pone el cascabel al casco?

Todas las fotos de este post son de mi autoría, salvo la tomada de La Patilla.com que ya acredité.

jueves, 7 de febrero de 2013

Poda publicitaria

Tenemos un cielo azul y mucha vegetación, pero nos sobra publicidad. Está dispersa por toda nuestra ciudad y abruma. Esta elocuente imagen de Odoardo Rodríguez, es apenas una muestra de cuánto necesitamos una "poda publicitaria".

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