No hay Misión vivienda, ni Metro, ni construcción alguna que justifique la ubicación y operación de concreteras en plena ciudad, en medio de zonas residenciales. Los vecinos están hartos de protestar -y con toda razón- este abuso reiterado del gobierno nacional que impone, a través de sus contratistas, la operación de concreteras que no solo generan ruidos molestos durante todo el día sino de madrugada, cuando los habitantes ven interrumpidas sus horas de descanso por el incesante movimiento de maquinarias y camiones. Eso sin contar la depredación de zonas verdes en que han incurrido los contratistas de marras -como ocurrió en el Parque Miranda.
Lo que más indigna es que una de las empresas que participa de esta práctica abusiva es la transnacional ODEBRECHT, que estamos seguros conoce las políticas ambientales en relación a estos temas. Me refiero "concretamente" a las instalaciones ubicadas en la avenida Rómulo Gallegos, en el Parque Miranda, donde desde hace dos años, funciona una concretera de su responsabilidad, haciendo caso omiso a las protestas justificadas que mencionamos más arriba y algunos de cuyos destrozos se pueden ver en la valla de separación con la avenida.
Los árboles talados fueron "sustituidos" por estas ¿jardineras? cuya afrenta visual puede verse en la fotografía adjunta. Hablamos de daño ambiental y destacamos que contiguo a esa zona se encuentra una escuela. Ya muchos vecinos han reportado casos de dermatitis y conjuntivitis crónicas así como el caso de un paciente diagnosticado con silicosis.
¿Hasta cuándo? ¿Qué dice la alcaldía del municipio Sucre?
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