En este mes que hoy finaliza, Imágenes urbanas cumple 5 años. No pocas cosas han pasado durante estos 236 post, sin embargo, releo el primero -escrito en octubre de 2007- y no encuentro ninguna diferencia.
La idea inicial de escribir crónicas de Caracas y de sus sitios emblemáticos sigue intacta. También la de resaltar lo bueno. Pura terquedad. Por eso, a 92 post de lugares o eventos Imperdibles le salen sólo 21 Si lo sé no vengo; la etiqueta de lo que nos parece mal o peor. Seguimos descubriendo lugares amables, actividades creativas y personas que disfrutan nuestra ciudad e insistiendo en que Caracas no es sólo Ávila verde y cielo azul. Son muchos los colores que mitigan el asfalto. Asfalto que casi no vemos, oculto como está, por tantos carros en modo 5Km por hora.
La idea inicial de escribir crónicas de Caracas y de sus sitios emblemáticos sigue intacta. También la de resaltar lo bueno. Pura terquedad. Por eso, a 92 post de lugares o eventos Imperdibles le salen sólo 21 Si lo sé no vengo; la etiqueta de lo que nos parece mal o peor. Seguimos descubriendo lugares amables, actividades creativas y personas que disfrutan nuestra ciudad e insistiendo en que Caracas no es sólo Ávila verde y cielo azul. Son muchos los colores que mitigan el asfalto. Asfalto que casi no vemos, oculto como está, por tantos carros en modo 5Km por hora.
¿Qué es lo nuevo? Muchos colectivos trabajando por una mejor vida en nuestra ciudad. Picnics urbanos; PorElMedioDeLaCalle; RutasNocturnas; dibujantes llevando un registro amoroso de plazas y parques; gente corriendo de madrugada y maratones los domingos; cardúmenes de bicicletas trepando cimas y demasiados motorizados que crecen en número y en abusos porque no atienden normas.
Porque en Caracas la moto no es solo un medio de trabajo; es transporte escolar y vehículo de carga. En este país donde el transporte público es insuficiente e ineficiente, le das más propina al que te sirve la gasolina de lo que pagas por ese oro líquido. La gasolina es lo único barato en Venezuela. Lo único que ahora nos envidian allende nuestras fronteras.
Caracas, donde El Metro crece a un ritmo más lento que el deterioro de sus "viejas" estaciones, pero amplía su familia con el Metrocable y el Metrorriel; que aún no hemos estrenado y da risa, porque el primer tramo es mínimo pero impide la ampliación de la autopista vecina. Así somos o así estamos.
También hay más amigos. Lazos nuevos con otros que como yo -y perdonen la primera persona- se desviven por esta malquerida. Por la sultana de El Ávila, la de monte sin culebra. La que sigue teniendo luz cuando la mitad del país la ve irse a diario. La del agua en botellas, en pipotes, en tanques, porque el Guaire, triste y resentido, nos la niega por darle la espalda. La que amanece antes de que salga el sol para llegar a tiempo al retraso de siempre. La de las citas "tipo" X, porque somos impuntuales y castigamos a los que llegan a tiempo. La de las guacharacas y los loros que se burlan de las cornetas. La de lluvia arrasadora y sol picante. La que te vende paraguas a la primera gota y tostones al primer bostezo. La de los cerros del este y las lomas del sureste. La de las direcciones largas con punto de referencia. Aquí no hay números. Aquí hay un quiosco a la derecha y una panadería a la izquierda. Y la de las rejas enamoradas de los muros que no dejan de multiplicarse los unos y las otras.
Pero así es Caracas. Y así la quiero.
Porque en Caracas la moto no es solo un medio de trabajo; es transporte escolar y vehículo de carga. En este país donde el transporte público es insuficiente e ineficiente, le das más propina al que te sirve la gasolina de lo que pagas por ese oro líquido. La gasolina es lo único barato en Venezuela. Lo único que ahora nos envidian allende nuestras fronteras.
Caracas, donde El Metro crece a un ritmo más lento que el deterioro de sus "viejas" estaciones, pero amplía su familia con el Metrocable y el Metrorriel; que aún no hemos estrenado y da risa, porque el primer tramo es mínimo pero impide la ampliación de la autopista vecina. Así somos o así estamos.
También hay más amigos. Lazos nuevos con otros que como yo -y perdonen la primera persona- se desviven por esta malquerida. Por la sultana de El Ávila, la de monte sin culebra. La que sigue teniendo luz cuando la mitad del país la ve irse a diario. La del agua en botellas, en pipotes, en tanques, porque el Guaire, triste y resentido, nos la niega por darle la espalda. La que amanece antes de que salga el sol para llegar a tiempo al retraso de siempre. La de las citas "tipo" X, porque somos impuntuales y castigamos a los que llegan a tiempo. La de las guacharacas y los loros que se burlan de las cornetas. La de lluvia arrasadora y sol picante. La que te vende paraguas a la primera gota y tostones al primer bostezo. La de los cerros del este y las lomas del sureste. La de las direcciones largas con punto de referencia. Aquí no hay números. Aquí hay un quiosco a la derecha y una panadería a la izquierda. Y la de las rejas enamoradas de los muros que no dejan de multiplicarse los unos y las otras.
Pero así es Caracas. Y así la quiero.
¡Gracias por este post! ;)
ResponderEliminarTiene mucho mérito estar al pie del cañón durante tanto tiempo, Mitchelle. Recuerdo buen aquellos primeros tiempos en que sacabas tu Caracas a la red. Es envidiable ese cariño que le tienes a tu ciudad (a pesar de sus imperfecciones, ¡faltaría más!) y a tu país, a pesar también de... mejor, me callo.
ResponderEliminarUn beso transatlántico y un brindis por esa trayectoria. Y un fuerte y cariñoso abrazo.