No conozco a los protagonistas de la primera imagen, pero posaban como tantas parejas en Valpo.
Escenario de turistas enamorados del colorido, de los murales, de las terrazas alzadas sobre calles con vista al mar.Y llegamos de la mejor manera: tomando el Metro en Viña y mirando el mar desde las ventanillas.
Pasar el Plan [el sector plano de Valpo] es un ejercicio de esperanza, porque está abandonado y sucio y muy, muy rayado; pero cuando empiezas a subir las cuestas, donde remonta esa ciudad auditorio, la vista es otra y el modo también: relajado, bohemio, eterno imán de románticos, artistas y comerciantes que siguen apostando a esta ciudad porteña.
Valparaíso sigue teniendo quien le cante, le escriba y lo cuente.
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