
Hace poco más de cuatro años
Marco Pitrelli, quien para ese entonces era el arquitecto residente de la nueva sede del
FESNOJIV, me invitó a participar en un proyecto que consistía en documentar lo que ese edificio significaba en términos de innovaciones técnicas de manufactura venezolana. El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) nos dio la confianza y los recursos necesarios para hacer realidad este proyecto que hoy fue bautizado en la Sala Simón Bolívar de la sede. Así que desde entonces, nos reunimos para darle forma y color a un libro que mostrara todos los espacios de un edificio proyectado para albergar la mayor cantidad de salas de ensayo que tuviera edificación alguna en Venezuela; así como una gran sala de conciertos que cuenta con el único órgano diseñado especialmente para ella.

Esta publicación llegó a nuestras manos hace pocos días y la bautizamos en ocasión de celebrarse los 65 años de la
ONU. Desde este espacio quiero agradecer especialmente a Marco por confiar en mí para esta tarea donde me acompañó la experiencia de
Josefina Bertorelli en la coordinación editorial. A
Hannia Gòmez por el texto más hermoso que se haya escrito sobre el lugar donde está implantado este edificio que vive rodeado del Parque Los Caobos y, forma parte, de un sitio de claro pluralismo religioso. (En menos de un 1 Km2 están la iglesia católica Santa Rosa de Lima, la iglesia Maronita San Charbel, la Gran Sinagoga Tiferet Israel y la Mezquita de Caracas); a
Graciela Silva por su dedicación al hacer "legibles" unos planos a escala tan pequeña. A
Chefi Borzachini incansable comunicadora de los recorridos por el mundo de nuestro Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles por el resumen de mas de 30 años de logros.

A
Amalia Barrios por su invaluable aporte sobre la historia del órgano en nuestro país; a
Vìctor Marìn, que cuando escribió el texto sobre los avances tecnológicos del edificio terminaba sus estudios de ingeniería en la USB y ahora disfruta de la música andando por Nueva York. A
María Helena Ramos por develarnos los secretos de la fusión
Arte-Arquitectura que lograron el
arquitecto Tomás Lugo y los artistas plásticos Carlos Cruz-Diéz y Jesús Soto en este edificio particular.
Mención especial merecen
Nohely Oliveros curadora de las fotografías de los integrantes del FESNOJIV y
Julio Serrano, quien trepó azoteas y terrazas para congelar las mejores imágenes del
Centro Latinoamericano de Acción Social por la Música. Por último, a
Carolina Arnal quien dedicó junto a
Waleska Belisario muchas horas de diseño para lograr un cuidado diseño gráfico.
El CLASPM es el secreto mejor guardado de Caracas. Aunque no ha sido formalmente inaugurado, todas las semanas suceden allí conciertos llenos del brío característico de los que forman filan en nuestro Sistema de Orquestas gracias al Maestro José Antonio Abreu. Pincha
aquì para que no te pierdas su programación. Al salir, después de oir a Mozart, Lauro o Beethoven puedes elegir la paz de alguno de los templos que lo rodean o almorzar auténtica comida peruana en el mercadito que arman allí los descendientes de los Incas que habitan en Caracas. Estacionamiento: Colegio de Ingenieros. Metro: Estación Colegio de Ingenieros.
Nota imprescindible: Este libro no será comercializado. Hay un ejemplar en las bibliotecas de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV y en el Colegio de Arquitectos de Venezuela.