Mitchele Vidal | @imagenesurbanas

domingo, 27 de noviembre de 2011

Verde en ausencia

Leonel Flores, estudiante de Arquitectura en la USB, se dio a la hermosa tarea de recrear la sombra de un árbol que ya no está en la plaza Brión. Aquí les dejo dos imágenes de esta acción de arte urbano en la Plaza Brión de Chacaito.

Para ver algunas de las fotografías tomadas por Luis Mendoza, durante el proceso creativo, entra en su página de Facebook. Album Designed in Chacaito.

viernes, 18 de noviembre de 2011

CREDO CARAQUEÑO

Autora: HERMILEYDIS POZO

Creo en tus verdes y en tu cielo después de la lluvia.

Creo en la gente que desde temprano deja su huella en un vaivén constante, en el señor del kiosco, en el chichero de la esquina, en el pregonero que vende posibilidades tras un ticket de lotería.

Creo en la ciudad universitaria que nos regaló Villanueva y en la gran cama verde con un techo de cielo que es Tierra de Nadie.

Creo en el centro de Caracas y su historia, con sus aceras de piedras que me hacen tambalear al caminar con mis tacones de ficción de altura.

Creo en las historias detrás del nombre de tus esquinas.

Creo en el boulevard de Sabana Grande que vive, padece y siempre está allí para todos.

Creo en los susurros de amor y la risa de los niños en tus parques.

Creo en la arepa mañanera y el cafecito que la acompaña.

Creo en la plaza Venezuela y en esa fuente multicolor que aún me deslumbra.

Creo en tus teatros, en tus museos y en tantos creadores que nacieron en tus rincones.

Creo en el subterráneo que silente te transcurre.

Creo en los sabores del pabellón y el asado negro, creo en tus valses y en la Billo´s Caracas Boys.

Creo que eres una ciudad llena de posibilidades y de ventajas, de espacios por crear y descubrir, de sueños por concretar.

Creo que saludar y despedirme del Ávila es un placer cotidiano.

Creo que el verbo “querer” debe acompañarse con el de “cuidar”. Duele ver como el smog desgarra el aire limpio que te obsequia el Ávila y los desperdicios hieren tus aceras.

Creo que quienes te habitamos y te queremos podemos sanar tu heridas y retribuirte lo mucho que nos das.

Creo que eres una ciudad noble mi Caracas, entre el concreto la vida se tiñe de verde y aparece en los lugares menos esperados.

jueves, 3 de noviembre de 2011

20 ensamblajes.

“Personalmente, me he distraído coleccionando objetos que son el paso del tiempo…”

Ricardo Pérez Quintero

Conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor. Así define el diccionario de la Real Academia Española la palabra Colección. Lo que logra Ricardo Pérez Quintero, arquitecto y artista plástico, es mucho más que eso.

Evocaciones es una muestra exquisita de cómo el inmemorial oficio de coleccionar objetos se convierte en arte. Arte revestido de la rigurosidad propia de la experiencia en manejo de escala y proporción; en la precisa selección de materiales, formatos y colores. Una colección donde el contenedor es tan importante como el contenido porque complementa el discurso plástico que envuelve. Contenido heterogéneo exhibido en vastedad de temáticas con plena consciencia de sus valores reales y simbólicos reviviendo historias con nuevos bríos.

Esta muestra comprende 20 ensamblajes tan bien concebidos conceptualmente como acabados en su fina factura. Son 20 cofres llenos de objetos diversos que cobran nueva vida ante los ojos de los espectadores generando múltiples lecturas.

Homenaje al ritual del té y el café con aromas de otras épocas; una colección de latas cuya composición, rica en entrantes y salientes, evoca un muro de gruesas texturas; 3 cajas-maleta de la herida Frida con parte del merchandising propio de este ícono azteca convertido en exvotos contemporáneos. Relojes al son de boleros y Las reglas del juego, un conjunto de instrumentos de medición y dibujo pre históricos, o sea, pre-AutoCad. Mi favorita es una caja que encierra el universo entero en una plantilla de círculos donde varias metras juegan a ser los planetas.

Este universo de disímiles recuerdos convive en armonía gracias a la impecable curaduría y producción del equipo de Espacio Capuy y la asesoría de Carlos Maldonado-Bourgoin. La fotografía de las obras y la ambientación de la exposición fueron realizadas por el arquitecto Ramón Paolini. El diseño gráfico del catálogo por Ibrahim Nebreda y el arquitecto Domingo Álvarez estuvo a cargo de la Museografía.

En esta ocasión, Pérez Quintero suma algunas relatorías de sus cajas en textos líricos que son homenaje póstumo al profesor Henrique Hernández quien se lo sugiriera. Imprescindible la presencia de tres ciudades ícono: Venecia sin ti, Tres ventanas de Caja (Cartagena de Indias) y Caracas... ¿ciudad ordenada?

Esta exposición estará abierta al público en el Espacio Capuy -nuevo referente del acontecer cultural de nuestra ciudad- hasta el 4 de diciembre.


Coordenadas:

Lugar: Espacio Capuy, CC Expreso. Chacaito

Entrada libre

martes, 1 de noviembre de 2011

Plaza Los Palos Grandes, un espacio público 2.0



Son las seis de la tarde y la luz característica de esa hora, en Caracas, esplende sobre la plaza. Hay niños jugando pelota; adolescentes intercambiando monosílabos mientras envían mensajes de texto; señoras en animada conversa; mascotas atentas a todo lo que pasa, especialmente, a las risas de los niños que chapotean sobre chorros emergiendo de una cuadrícula iluminada. Sobre la acera, un par de heladeros despachan su dulce y nevada mercancía y en la esquina la muchacha que atiende el kiosco de Turismo Chacao le explica a una pareja que ya la plaza cumplió un año de inaugurada. 
Estas imágenes, con las particularidades de cada día, se repiten de lunes a lunes. Nada impide que los vecinos de Los Palos Grandes disfruten el primer espacio público construido en Caracas desde la plaza Bicentenario, en 1983. Hace largos 28 años…
El proyecto lo comenzó en 2007 el arquitecto Edwing Otero y fue inaugurado el 19 de abril de 2010, con la idea de dotar a esta urbanización caraqueña de un espacio público, ya que no contaba siquiera con un parque. Su valor en nuestro contexto urbano es mayor pues partió del cambio de uso de unos terrenos que albergaban comercios vecinales. 

Plaza + biblioteca + estacionamiento + salas de encuentro
La plaza ocupa un cuarto de manzana abierta hacia la 3ª avenida y la 2ª transversal de Los Palos Grandes. El terreno, de planta rectangular limita por dos de sus caras con edificaciones residenciales, lo cual determina su apertura hacia esas dos calles. El conjunto está conformado por la biblioteca, cuyo volumen de vocación horizontal, alberga en el nivel de la plaza la Ludoteca. Un espacio infantil que permite el acercamiento de niños a la lectura, a través de actividades y juegos de creatividad. En el nivel superior se encuentra la Sala de lectura. Desde allí, se disfruta de una vista de toda la plaza. Su fachada transparente ilumina el espacio interior con generosidad tropical.

Hacia el lindero oeste de la plaza se eleva una caminería con jardineras profundas y bancos; es la prolongación al aire libre de la sala de lectura. A esta terraza también se accede desde una escalera que rodea a un monolito que será rematado por un reloj suizo. Único elemento que marca, en línea ascendente, la integración visual con el edificio de Salud Chacao.
Hacia el norte se construyó un pequeño anfiteatro, multiplicando de esta manera los usos que pueden desarrollarse allí. 

Pero el elemento que protagoniza desde el punto de vista urbano este nuevo espacio público es la ligera cubierta que proyecta una tenue y cinética sombra sobre el pavimento. Su esbelta estructura metálica rematada por una leve parrilla del mismo material parece “volar” sobre los bancos y la vegetación. Da la sensación que en cualquier momento se escapará como una sombrilla arrastrada por la brisa. Precisamente, su extrema ligereza le ha valido críticas de algunos colegas a su autor, el arquitecto Edwing Otero. La tachan de “tímida” y “fuera de escala”. 

Pero eso es para los arquitectos porque para los niños lo más divertido de la plaza Los Palos Grandes son el espejo de agua, donde van a dar pelotas y barquitos y los chorros que se encienden cada tres horas para refrescar a todo el que se anime a jugar con el agua chispeante que desafía la gravedad. 

Debajo de la plaza hay un estacionamiento con capacidad para 140 puestos, dos niveles con espacios para dictar talleres, la biblioteca Francisco Herrera Luque y la sala Eugenio Montejo. Ilustres representantes de nuestras letras que vivieron en este barrio poblado de edificaciones erigidas en la década de los ’50 y de los tempranos ’60. Precisamente, el vacío urbano que configura la plaza pone de relieve el deterioro de algunas de las fachadas de los edificios contiguos; e invita a continuar con la intervención de estas edificaciones en cuanto a restaurar mosaiquillos y despejar ventanales. Pero esa es otra historia.

Por ahora, los habitantes del “Soho caraqueño”, como se ha dado llamar a esta zona llena de pequeños restaurantes, tradicionales panaderías y tiendas de diseño criollo cuentan con un espacio para la convivencia ciudadana, en armonía y disfrutando de nuestro privilegiado clima. Todo cubierto por la nube de la tecnología inalámbrica. Así que enciende tu lap top, escucha las risas y disfruta de un espacio público 2.0.

Artículo publicado en la edición 55 de la revista ConstruArte.

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