Mitchele Vidal | @imagenesurbanas

miércoles, 18 de mayo de 2011

WALTER MARGULIS.

No dejes de disfrutar la exposición antológica Walter Margulis. Un espíritu abstracto, repartida en dos sedes: las pinturas en el Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel (sinagoga Tiferet Israel, Paseo Colón con Av. Principal de Maripérez) y los dibujos en el Museo Kern de la Unión Israelita de Caracas (av. Washington, San Bernardino).

Esta exposición es una producción del Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel, que responde a su misión institucional de estudiar y difundir los aportes de destacados miembros de la comunidad judía de Venezuela, en los más diversos campos de actividad. Ahora, por primera vez en su sede, el Museo organiza una exposición individual antológica de un artista, ampliando así su campo de acción. Asimismo, la colaboración con el Museo Kern va en el sentido de la integración entre los organismos culturales askenazí y sefardí, y del apoyo mutuo en busca de óptimos resultados.

El Museo Kern, por tradición dedicado, entre sus diversas actividades, a presentar la obra sobre papel de artistas judíos venezolanos, muestra en esta ocasión un conjunto de 21 dibujos inéditos de Margulis.
Walter Margulis nació en el año 1950 en Caracas, en el seno de una familia judía de origen rumano. Arquitecto de formación (graduado en el Pratt Institute de Nueva York), desde temprana edad se dedicó al dibujo y la pintura; cursó estudios en New York Studio of Painting, Drawing and Sculpture. Realizó su primera exposición individual en el Instituto Neuman, Caracas, seguida de cinco más, hasta su fallecimiento en 1994. Entre otros reconocimientos, recibió el Premio INH en el Salón Nacional Homenaje a Armando Reverón (1989) y el Premio Juan Lovera del Salón Arturo Michelena (1990). Tuvo una destacada labor docente en el Instituto de Diseño Neuman y en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Simón Bolívar. Su obra se encuentra representada en la Galería de Arte Nacional, el Museo de Bellas Artes, el Museo Alejandro Otero y el Museo Sefardí Morris E. Curiel en Caracas, así como el Museo de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Luego de una primera etapa influenciada por el expresionismo norteamericano, y donde subsisten algunos rasgos figurativos, su obra se orienta hacia la geometría sensible latinoamericana (1984-88), y sus pinturas se caracterizan entonces por planos de geometrías desestructuradas en una dominante de azules y verdes, y dentro de su sencillez y racionalidad, dejan ya vislumbrar el carácter introspectivo de todo su trabajo. En una segunda etapa, hacia 1988, se diluyen los planos a favor del color “all-over” que abarca sin punto focal toda la superficie de la tela, cuyo formato se amplia.

En su última etapa, de 1989 a 1994, se oscurece la paleta mientras se acentúa la tendencia a la monocromía, las texturas se vuelven protagonistas y crean efectos matéricos.
Esta exposición permitirá darle a la obra de Walter Margulis su justa importancia dentro del arte venezolano de los años ochenta, escenario, después de experimentos tanto en el arte conceptual como en el dibujo tradicional, de un retorno masivo a la pintura y particularmente a la corriente neo-informalista que encontró en ese artista a uno de sus más brillantes exponentes.

domingo, 15 de mayo de 2011

+CAFÉ+BICI+CIUDAD

Desde ayer y durante cuatro sábados consecutivos los amantes de la buena vida urbana se reunirán para escuchar a varios interesados del tema y para reflexionar sobre aportes y soluciones que mejoren nuestra calidad de vida. Estas jornadas sabatinas denominadas +CAFÉ+BICI+CIUDAD invitan a los ciudadanos a llegar a pie, en transporte público o en bici a cuatro lugares donde la conversa se acompañará de café, jugo y cachitos. Las tertulias mañaneras serán moderadas por Cheo Carvajal -el comunicador que junto a Juancho Pinto nos regala semanalmente los recorridos CARACAS A PIE, publicados por El Nacional- tendrán como invitados a arquitectos, urbanistas y colectivos que promueven el uso de medios no motorizados para recorrer la ciudad. El encuentro de este sábado 14 fue en La Noisette, un pedacito francés en La Carlota, donde devoramos deliciosos croisants, mermeladas, café y jugo de naranja mientras escuchamos al Decano de la FAU, Guillermo Barrios y a José Orozco del colectivo SER URBANO. Hubo mucha participación de los asistentes y los integrantes del colectivo CICLOGUERRILLA URBANA dejaron sus trazos sobre un pendón en uno de los postes de la zona.La cita del sábado 21 es en Entrepanes, ubicado en Los Palos Grandes, y el turno de las palabras es para Federico Vegas, y dos de los Integrantes del colectivo CICLOGUERRILLA URBANA.

domingo, 8 de mayo de 2011

¿Bancos? ¡Para qué!

Es fácil ilusionarse. Camino por Las Mercedes eludiendo huecos, esquivando alcantarillas destapadas, sorteando truncos árboles porque un hacha certera resolvió con un golpe, el error de quien seleccionó una especie inadecuada cuyas raíces impetuosas hicieron explotar aceras y brocales. De pronto veo que junto a un nuevo edificio crece una acera más ancha de la que estoy usando y cruzo la calle. No todo está perdido.
El Tolón II es obra del Fondo de Valores Inmobiliarios. Mismo ente que construyera hace más de una década el C.C. San Ignacio, conjunto arquitectónico creado por Carlos Gómez De Llarena, que le otorgó a nuestra ciudad una obra generosa, integrada al paisaje, desde cuyas terrazas puede el visitante elegir entre El Ávila al norte y el casco de Chacao al sur. Me acerco. Bordeando las vitrinas de la fachada norte hay un banco, cuyo diseño incluye algunas rejillas que presumo son para ventilación de los sótanos de estacionamiento. Pero obviamente no fue eso lo que llamó mi atención, sino unos elementos metálicos, agresivos, que se suceden en toda la superficie de lo que yo "creí", era un banco. Fue grande mi sombro. Los labios del trabajador que fijaba estos metales enmudecieron ante mi pregunta ¿para qué es esto? Dijo no sé, pero era obvio que sí sabía. Sabía que estaba instalando un material especificado para impedir que alguien se siente allí. Está siguiendo las órdenes de ¿un arquitecto? ¿de un promotor? que le cierra otra puerta a la civilidad, a la vida pública en nuestra ciudad. Seguramente los asesores de seguridad, esos mismos que nos llenan las puertas de rejas, los muros de alambres electrificados, los vidrios de alarmas, ordenaron cortar toda posibilidad de encuentro sobre esa acera ancha.

Grupos de adolescentes chateando desde sus celulares, riéndose -como lo hacen en las aceras del San Ignacio- o alguna madre probando un helado, mientras su bebé disfruta de nuestro sol caraqueño, son una amenaza para los que vivirán allí; porque este Tólón II es un conjunto de vivienda con comercio en planta baja. Esa tipología de uso mixto tan exitosa en Chacao, en Los Palos Grandes, en La Candelaria, en Bello Monte, y de la que no teníamos noticias desde que hacer vivienda multifamiliar se convirtió en apilar apartamentos cuyo basamento son los puestos de estacionamiento.

Pero ahora entiendo. ¿Cómo el grupo inmobiliario que nos ofreció amplias aceras, suerte de Gran Café en Las Mercedes, el primer Tolón, fue convirtiendo esas "aceras" en tarimas cercadas, techadas, a las que sólo se accede desde el interior del centro comercial iba a tener un gesto amable con nosotros, los ciudadanos, en la era de la inseguridad?
Me pregunto: ¿qué dice la alcaldía de Baruta? Y me respondo: nada. Esa es la misma alcaldía que permitió, durante todo el tiempo que duró esta obra, que el terreno de enfrente lo convirtieran en un botadero de escombros. Y ahora, una vez eliminados esos escombros exhibe, orgulloso, todo su esplendor de desidia, de abandono. Una fachada deshecha y un montón de tierra a la vista de todos sería la vista de quienes se sentaran en esos bancos que nunca fueron. Después de todo, es mejor ver hacia las vitrinas.

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