Perdón. No me refiero a que algún marciano suicida fue a dar a la sala de emergencias del Hospital Periférico de Catia. Para aclarar la duda de los más despistados habitantes que pululan por nuestra ciudad, el nuevo periférico es un espacio ganado para la exposición de las artes plásticas desde el 11 de noviembre de 2005.
¡Y vaya qué espacio!
Con justicia debería decir que “El Centro de arte los galpones” son varios espacios cobijados a la sombra de un montón de árboles de mango que además, se encuentra enclavado en una de las zonas más verdes de Caracas, específicamente en esa diluida frontera entre Sebucán y Los Chorros.
Cada visita al Periférico siempre parece la primera. Su director, el curador de arte Jesús Fuenmayor, asume la gerencia de estos espacios con gran entusiasmo e incansable creatividad, así que cada vez que voy hay algo nuevo. Y no me refiero sólo a las muestras de arte allí exhibidas –que eso es lo que uno espera de un sala de exposiciones– sino a los espacios en sí, que constantemente mutan, se reinventan y paren una nueva imagen desde las entrañas de esa tierra húmeda y verde que los rodea.
Esta vez hasta uno de sus galpones fue a dar por primera vez el reconocido escritor venezolano José Balza, quien en un desconcertante e irónico elogio del suicidio, dio cuenta de la cantidad y calidad de los escritores, poetas y dramaturgos que se le han adelantado a la muerte provocándola ellos mismos. A veces, un intento fallido llevó a otro y a otros, hasta que finalmente se logró el objetivo.
Las ideas fluyen sobre la preeminencia de esta práctica en artistas plásticos, intelectuales y pensadores de todos los tiempos pero es especialmente acogida por los escritores.
Con justicia debería decir que “El Centro de arte los galpones” son varios espacios cobijados a la sombra de un montón de árboles de mango que además, se encuentra enclavado en una de las zonas más verdes de Caracas, específicamente en esa diluida frontera entre Sebucán y Los Chorros.
Cada visita al Periférico siempre parece la primera. Su director, el curador de arte Jesús Fuenmayor, asume la gerencia de estos espacios con gran entusiasmo e incansable creatividad, así que cada vez que voy hay algo nuevo. Y no me refiero sólo a las muestras de arte allí exhibidas –que eso es lo que uno espera de un sala de exposiciones– sino a los espacios en sí, que constantemente mutan, se reinventan y paren una nueva imagen desde las entrañas de esa tierra húmeda y verde que los rodea.
Esta vez hasta uno de sus galpones fue a dar por primera vez el reconocido escritor venezolano José Balza, quien en un desconcertante e irónico elogio del suicidio, dio cuenta de la cantidad y calidad de los escritores, poetas y dramaturgos que se le han adelantado a la muerte provocándola ellos mismos. A veces, un intento fallido llevó a otro y a otros, hasta que finalmente se logró el objetivo.
Las ideas fluyen sobre la preeminencia de esta práctica en artistas plásticos, intelectuales y pensadores de todos los tiempos pero es especialmente acogida por los escritores.
Como telón de fondo a las palabras de Balza, se proyectaron dos cortometrajes de Carlos Castillo en homenaje a los artistas plásticos Diego Barboza y Roberto Obregón.
En el galpón “0”, inaugurado el 21 de noviembre del año pasado, se encuentra la obra “ Buddy Tree, la escuela de las coincidencias” de Héctor Fuenmayor. Sobre cada una de las blancas paredes de este espacio de 350 m2, se despliegan varias obras de gran formato, incluso un mural de diez metros de largo que descompone nuestros múltiples verdes recreándolos, desconstruyéndolos para aumentar su belleza, si esto fuera posible.
Afuera, hay espacio para el disfrute de toda esa naturaleza que inmersa en nuestra urbe se empeña cada día en regalarnos un pedacito de verde, de cielo, de aire, de arte, de paz. Sin duda un IMPERDIBLE, un buen plan de domingo en la mañana.
Los galpones 29-11. Av. Ávila con 8ava transversal, Los Chorros. periferico_caracas@cantv.net
Siempre he tenido ganas de ir para esos galpones, pero por una u otra razón nunca he podido ir. Imagínate ahora las ganas que tengo de ir luego de leerte. Sin duda que está buenísimo para escaparse un domingo para allá,
ResponderEliminarun abrazo
Tenía planes de ir al periferico el pasado fin pero el trabajo pudo mas y me atrapó en la oficina. Despues de tu reseña me asomaré a ver que está pasando en ese interesante espació al que he ido un par de veces.
ResponderEliminarUn abrazote
Carlos Z.
Gracias Mitch pore este regalo, voy a intenter ir este fin de semana con Francisco Javier quien ya a los 7 años le encatan las galerías, la pintura y ecultura.
ResponderEliminarEsas imagenes urbanas tuyas son un verdadero regalo para el espiritu.
ResponderEliminarTratare de ir en los proximos dias
Un abrazo
Deanna Albano
De verdad que esos son sitios perfectos para cargar las pilas y desestresarse con ayuda de la naturaleza y de los artistas. Quien sabe... tal vez hasta comerse un manguito si hay suerte y estan bajitos...
ResponderEliminarEs doblemente bueno disfrutarlo:
ResponderEliminarSi vas, te estás haciendo un buen regalo. Y tu asitencia es una forma de decirle "gracias" a los que se esmeran por hacernos la vida más grata en CCS.