Nada tienen en común 3 de los títulos que he leído en fila durante el último mes, salvo que, fueron escritos por 3 venezolanos.
Antes de pasar a comentarlos puntualizo –una vez más– que no me impulsa el ánimo de la crítica literaria. Mal puedo yo, lectora tardía y desordenada dictar cátedra sobre qué leer. Apenas me anima compartir la huella que en mí dejaron y que perdura como el aroma del tamarindo o esa cicatriz que persiste aunque ya no duela.
Como imprescindible aclaratoria declaro: que el orden de los autores no altera el producto. Sin embargo, primero las damas.
EL ABRAZO DEL TAMARINDO / Milagros Socorro / Alfaguara
Cada domingo con la llegada de El Nacional mis manos vuelan hasta las páginas de opinión donde Milagros, haciendo buen uso de la literatura, diserta sobre nuestra realidad política. A esta periodista nacida en Maracaibo que durante los últimos años ha dictado con éxito un taller de formación de cronistas, no le tiembla el pulso al poner el acento en los desmanes del gobierno y sus ejecutantes.
Pero en esta reciente novela un lenguaje cálido, pleno de inocencia y de poéticas imágenes es el que se desborda en boca de una adolescente perdida en San Fidel de Apón, un pueblo fronterizo con Colombia. Es ella quien narra sus vivencias rodeada de muchachas de servicio venidas de aquellas tierras para buscar en éstas el sustento de sus familias. Sabe de sol esta zuliana, de sábanas almidonadas y de ausencias maternas. Sabe de corrillos y despertares sexuales y se deja llevar por la música y los consejos de aquellas que, no siendo su familia, llenan sus tardes de risas y su boca de mangos maduros.
Los personajes de El abrazo del tamarindo son sencillos, puros; sin falsas poses ni ostentosos oropeles. Se mueven al son del vallenato y sudan bajo el sol inclemente. Sus vidas transcurren sin más sobresaltos que aquel de cruzar la frontera una vez al año o bailar hasta que el cuerpo aguante y el ron alcance.
Durante la conversación que mantuvieron Milagros Socorro y Salvador Fleján en Las Musas, la escritora no soltó prenda en cuanto a qué la impulso a escribir esta novela. Se limitó a decir, con un mohín de malacrianza, que la escribió hace mucho; entonces, la tertulia discurrió entre añoranzas de infancia y nostalgias del presente. ¿O acaso fue al revés?
Ana Teresa Torres apuntó en la contratapa de este libro: “…cualquier vida es un relato.” Humildemente agrego: lo es, sin duda, si se sabe narrar con pericia y riqueza en el lenguaje, y eso es algo que Milagros Socorro sabe hacer de sobra.
Cada domingo con la llegada de El Nacional mis manos vuelan hasta las páginas de opinión donde Milagros, haciendo buen uso de la literatura, diserta sobre nuestra realidad política. A esta periodista nacida en Maracaibo que durante los últimos años ha dictado con éxito un taller de formación de cronistas, no le tiembla el pulso al poner el acento en los desmanes del gobierno y sus ejecutantes.
Pero en esta reciente novela un lenguaje cálido, pleno de inocencia y de poéticas imágenes es el que se desborda en boca de una adolescente perdida en San Fidel de Apón, un pueblo fronterizo con Colombia. Es ella quien narra sus vivencias rodeada de muchachas de servicio venidas de aquellas tierras para buscar en éstas el sustento de sus familias. Sabe de sol esta zuliana, de sábanas almidonadas y de ausencias maternas. Sabe de corrillos y despertares sexuales y se deja llevar por la música y los consejos de aquellas que, no siendo su familia, llenan sus tardes de risas y su boca de mangos maduros.
Los personajes de El abrazo del tamarindo son sencillos, puros; sin falsas poses ni ostentosos oropeles. Se mueven al son del vallenato y sudan bajo el sol inclemente. Sus vidas transcurren sin más sobresaltos que aquel de cruzar la frontera una vez al año o bailar hasta que el cuerpo aguante y el ron alcance.
Durante la conversación que mantuvieron Milagros Socorro y Salvador Fleján en Las Musas, la escritora no soltó prenda en cuanto a qué la impulso a escribir esta novela. Se limitó a decir, con un mohín de malacrianza, que la escribió hace mucho; entonces, la tertulia discurrió entre añoranzas de infancia y nostalgias del presente. ¿O acaso fue al revés?
Ana Teresa Torres apuntó en la contratapa de este libro: “…cualquier vida es un relato.” Humildemente agrego: lo es, sin duda, si se sabe narrar con pericia y riqueza en el lenguaje, y eso es algo que Milagros Socorro sabe hacer de sobra.
CICATRÍZ / Juan Carlos Sosa-Azpúrua / Planeta
Lo dijo el poeta y librero Alexis Romero en Las Musas sobre la primera novela de Juan Carlos Sosa-Azpúrua: “Esta es la mejor novela que se ha escrito en Venezuela desde País portátil.” Con esta sentencia y la no menos aguda afirmación de que el escritor de marras parece más un galán que un escritor, se lanzó Romero a ensalzar la reciente obra de Sosa-Azpúrua.
Lo dijo el poeta y librero Alexis Romero en Las Musas sobre la primera novela de Juan Carlos Sosa-Azpúrua: “Esta es la mejor novela que se ha escrito en Venezuela desde País portátil.” Con esta sentencia y la no menos aguda afirmación de que el escritor de marras parece más un galán que un escritor, se lanzó Romero a ensalzar la reciente obra de Sosa-Azpúrua.
Abogado, graduado en Harvard, experto petrolero y autor de numerosos artículos sobre economía y política en varios diarios de publicación nacional, se estrena con esta novela de 330 páginas donde los límites entre realidad y ficción se diluyen. El lector decide. Los personajes deambulan por Caracas, Moscú, Washington y otras ciudades desde donde se mueven los hilos del poder y que el autor ha padecido desde las entrañas de este monstruo global.
Armada como un puzzle este rompecabezas literario va complicándose a medida que las vidas de sus numerosos personajes se entrelazan sin dejar cabos sueltos.
Durante la presentación Juan Carlos nos cautivó con su historia detrás de la historia: La defensa de algunas de las víctimas de la marcha que llevó a la oposición hasta el palacio de Miraflores lo condujo a la OEA y al centro Carter lugares míticos de dónde salió devastado. Exorcizar esos demonios fue lo que lo motivó a escribir esta novela que tiene mucho de nosotros los venezolanos, y de cómo se tejen a nuestras espaldas todo tipo de componendas en las que los afectados son los últimos en enterarse.
Llena de suspenso y muy bien estructurada me mantuvo el alma en vilo y, cada vez que llegaba al final de un capítulo, corría a devorarme el próximo.
Pero su ritmo exuberante, incansable, vital, no le resta en absoluto profundidad a sus aseveraciones. Juan Carlos escribió esta novela con la intensidad que un corredor se enfrentaría al maratón de Nueva York. Adrenalina pura. Sus personajes, desde los que emergen en las primeras páginas -sólo para hacer posible que aparezcan otros- hasta los verdaderos protagonistas están sólidamente construidos. Carne y hueso estremecidos de envidia, vanidad, lujuria, desconfianza, omnipotencia con pinceladas de ingenuidad, van y vienen a través de sus páginas.
Mención especial merece un capítulo dedicado a lo sucedido entre el 11 y el 13 de abril de 2002, donde cualquier parecido con la realidad es fruto de la febril imaginación del autor; más aún cuando la bruma que se ciñó sobre esos días -6 años después- sigue sin disiparse…
“El poder no tiene alma que censure ni corazón que sienta. El poder es cerebro que calcula y ambición que decide. El poder es colmillo que se clava, el poder es un vampiro insaciable.”
El verdadero protagonista de esta novela ¿y de la vida? es el poder. Aquel que lo dude, que tire la primera piedra.
Armada como un puzzle este rompecabezas literario va complicándose a medida que las vidas de sus numerosos personajes se entrelazan sin dejar cabos sueltos.
Durante la presentación Juan Carlos nos cautivó con su historia detrás de la historia: La defensa de algunas de las víctimas de la marcha que llevó a la oposición hasta el palacio de Miraflores lo condujo a la OEA y al centro Carter lugares míticos de dónde salió devastado. Exorcizar esos demonios fue lo que lo motivó a escribir esta novela que tiene mucho de nosotros los venezolanos, y de cómo se tejen a nuestras espaldas todo tipo de componendas en las que los afectados son los últimos en enterarse.
Llena de suspenso y muy bien estructurada me mantuvo el alma en vilo y, cada vez que llegaba al final de un capítulo, corría a devorarme el próximo.
Pero su ritmo exuberante, incansable, vital, no le resta en absoluto profundidad a sus aseveraciones. Juan Carlos escribió esta novela con la intensidad que un corredor se enfrentaría al maratón de Nueva York. Adrenalina pura. Sus personajes, desde los que emergen en las primeras páginas -sólo para hacer posible que aparezcan otros- hasta los verdaderos protagonistas están sólidamente construidos. Carne y hueso estremecidos de envidia, vanidad, lujuria, desconfianza, omnipotencia con pinceladas de ingenuidad, van y vienen a través de sus páginas.
Mención especial merece un capítulo dedicado a lo sucedido entre el 11 y el 13 de abril de 2002, donde cualquier parecido con la realidad es fruto de la febril imaginación del autor; más aún cuando la bruma que se ciñó sobre esos días -6 años después- sigue sin disiparse…
“El poder no tiene alma que censure ni corazón que sienta. El poder es cerebro que calcula y ambición que decide. El poder es colmillo que se clava, el poder es un vampiro insaciable.”
El verdadero protagonista de esta novela ¿y de la vida? es el poder. Aquel que lo dude, que tire la primera piedra.
CONTRESPEJISMO / Eduardo Liendo / Alfaguara
Echando mano a un lugar común diré que Eduardo Liendo no necesita presentación. Y es cierto. Este escritor nacido en Venezuela en el año 1941, activista político; escribidor de relatos de ficción y no ficción, que atesora éxito de público y de crítica, se ha hecho acreedor de numerosos premios siendo el último la creación de la biblioteca que lleva su nombre y que la editorial Alfaguara inicia con este título.
Contraespejismo es una maravillosa selección de relatos que además tienen la invaluable ventaja de haber sido corregidos, aumentados y compilados por el propio autor. El autor de El mago de la cara de vidrio –relato revelador del poder de la TV en nuestra sociedad– nos lleva a través de numerosas situaciones y personajes con deliciosa maestría. A ratos leemos y a ratos soñamos lo que leemos transitando sus páginas.
Un juego de “Matrusckas” magistralmente interpretado en la fotografía de portada, cuyo autor inexplicablemente no encuentro en Internet, que se pasea por cuentos olvidados en alguna gaveta años ha, y, que afortunadamente, fueron desempolvados por el autor para airearlos en esta antología de lo inédito –si es que vale el término-. Algunos de ellos verdaderas joyas del minimalismo literario como ese brevísimo relato del cuento perdido en las redes de la Red.
Mich, gracias por colocar la foto en el encabezado, me encantó el tamaño.
ResponderEliminarDe los libros que comentas he leido dos; a Liendo, y me pareció memorable esa antología y el libro de Milagros; tan fresco y además de mostró a una Milagros que no cnocía.
Apreciada Mitchele:
ResponderEliminarMe fascinó tu reseña...eres inteligentísima y con una sensibilidad muy especial...Te agradezco infinitamente la forma como te expresaste de mi trabajo, personas como tú inspiran y al final son las genuinas Musas de cualquier escritor...tus palabras son un bálsamo pero también un reto para mí. Recibe un fuerte abrazo y toda mi admiración, ya que además de tener excelente pluma, tu Blog es maravilloso.
Besos,
JC
Entonces Paco, si llevas 2 de 3 no debes perderte el de Juan Carlos.
ResponderEliminarGracias Juan Carlos, de verdad me alegran tus palabras!!
Besos dobles!
UFFFF
ResponderEliminarque bueno Coincidir!!!!
yo (gracias a un amigo de esas tierras) termine de disfrutar el CONTRAESPEJISMO.
maravilloso, de verdad.
un abrazo
Gracias por los cometarios y por la reseña, estoy segura que este medio está tejiendo un gran lienzo
ResponderEliminarMitch, agradezco sinceramente que compartas con los que te leemos tus lecturas. Y más si son de escritores venezolanos. Te lo digo porque a veces entro a una librería y no tengo ni idea de algun buen libro que me pueda comprar. También busco religiosamente la columna de Milagros los domingos y su libro me lo han recomendado bastante. El de Liendo me atrae, sólo que no soy muy amigo de los microrelatos.
ResponderEliminarMe despido recomendándote el libro de crónicas de la Fundación Bigott que se llama Pulso y Alma de la crónica. Me lo regaló Anita de cumpleaños y está excelente!
un abrazo
Gracias Víctor, lo buscaré, para seguirle tomando el pulso a la crónica!
ResponderEliminarBesos,
Mitch, gracias por esas recomendaciones y por compartir.
ResponderEliminarUn abrazo
Me apunto las recomendaciones. Ojala hayan llegado a la península. Saludos.
ResponderEliminarHola Mitchele. Definitivamente voy a buscar esos libros que has recomendado. Disculpa la pregunta, pero dónde queda esa librería Las Musas?
ResponderEliminarUn Gran Abrazo!
Para Fernando y todos los que quieran disfrutar de Las Musas les cuento que es un pequeño rincón dedicado a la buena lectura. Sus dueños son personas sensibles y super cálidas y casi todos los sábados en la tarde, se dan allí enriqecedores encuentros con amigos, escritores y lectores. Sus coordenadas son -al más puro estilo de direcciones caraqueñas- Entrando a la urbanización El Peñón, después de la bomba, casita de rejas verdes. (Calle Coquivacoa,Quita Mitos, El Peñón)Para mas detalles buscar en FACEBOOK Librería Las Musas.
ResponderEliminar¡Serán bienvenidos!
Michelle que buen blog, que buena información de esta Caracas urbana y de guettos. Estamos a la orden en lo que se pueda colaborar.
ResponderEliminarUn abrazo y felicitaciones.
David Malavé
Como me gusta este blog, me la paso leyéndolo...a veces dejo cosas ahí para tener siempre que ir otra vez. Michelle gracias espero que sigas escribiendo por siempre...... I.O
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