Un edificio amplio, iluminado naturalmente y construido con materiales nobles y resistentes. Sus proyectistas, los arquitectos Guadalupe Tamayo y Alberto Manrique, fueron galardonados por el premio BTicino al mejor edificio comercial de nuestra ciudad. Aquí reproduzco un artículo que escribí sobre él y que está publicado en la 5a edición, año XXII de la revista Etiqueta.
La creación de ciudades en Grecia –y aquí hago alusión a ese hermoso país del Mediterraneo por ser la fuente inspiradora de la base de nuestra cultura occidental– se entendía como un acto religioso, un mandato de los dioses. En contraste, los planificadores modernos enfocan la elección de un terreno para la fundación de una ciudad sobre la base de variables económicas, de flujos vehiculares, peatonales y sobre los cimientos de espacios emblemáticos para la ciudad.
La principal premisa que tomaron las autoridades y técnicos de
La nueva edificación forma parte de un conjunto denominado Centro Cívico de Chacao que busca mejorar la calidad de vida de los habitantes de ese municipio incidiendo, naturalmente, en toda la ciudad capital. De modo que, el nuevo Mercado de Chacao se erige como la primera etapa de un conjunto de edificaciones que contempla una nueva plaza; 800 puestos de estacionamiento (en una zona que carece de este servicio) áreas públicas recreacionales, culturales y educacionales que contribuirán a revitalizar el Casco de Chacao.
El nuevo mercado se encuentra ubicado entre las calles Ávila, Urdaneta, Cecilio Acosta y la avenida Mohedano, y fue inaugurado el 30 de octubre de 2008. Allí se trasladaron 296 comerciantes del sector que hacían vida comercial en la vieja edificación que cuenta más de 60 años de actividad ininterrumpida. Su interior bulle. El mercado vibra, ofrece una actividad dinámica, viva, bullanguera. Comerciantes y clientes intercambian mercancías en una tarea vital que desarrollamos desde el siglo V antes de Cristo.
Mandarinas, naranjas, limones, melones, patillas, lechosas, ciruelas, mamones, mangos, cambures, plátanos, fresas, tamarindo, guayaba, guanábana, piñas, kiwis, manzanas, peras…
Los arquitectos Alberto Manrique y Guadalupe Tamayo junto a un equipo interdisciplinario de profesionales fueron los encargados de dar forma a esta nueva edificación que en
Aunque la iluminación natural es generosa, no se descuidó el uso de la luz artificial. Todos los puestos se encuentran ubicados de forma ordenada, con mobiliario especialmente diseñado para el correcto desempeño de la exhibición y venta de la mercancía y están dotados de la señalización que da cuenta del nombre de cada uno de los comerciantes que allí laboran. Reforzando así el sentido de pertenencia de cada concesionario hacia una tarea que en algunos casos, proviene de la tradición familiar. La herencia del oficio.
Café, canela, comino, orégano, anís, pimienta, jengibre, clavo, nuez moscada, onoto, vainilla, tomillo, azafrán, hierbabuena…
En el semisótano y aprovechando el desnivel topográfico del terreno se ubicaron locales comerciales volcados hacia la calle. El sótano tiene capacidad para 52 puestos de estacionamiento, depósitos y andenes para carga y descarga, así como los vestuarios para los trabajadores. La circulación vertical se resuelve a través de una rampa de cómodo desarrollo para el andante, escaleras y ascensores. También está ubicado allí el núcleo de servicios y los sanitarios.
Carne, pescado, pollo, pato, pavo, cerdo, mariscos, moluscos, queso, jamón, salchichón, tocineta, salchichas, huevos, lentejas, caraotas, arvejas, quinchonchos, garbanzos, frijoles…
Se agradece la amplia terraza donde se disfrutan los frescos vientos propios de nuestra ciudad. Con vista perimetral sobre las calles adyacentes al mercado se destaca el campanario de
Margaritas, rosas, yerberas, gladiolas, brisas, claveles, eucaliptos, calas, azucenas, avecitas, riki-riki…
Su volumetría es la de un rotundo prisma de base cuadrada y la fachada principal se abre a la venidera plaza con dos francos volúmenes verticales, apenas horadados por pequeños cuadrados, y unidos por el núcleo de circulación donde destaca puntual, el blanco reloj. Su piel está revestida de ladrillo natural, muy usado últimamente en nuestras edificaciones pero tratado aquí de forma cuidadosa, aprovechando las múltiples posibilidades que ofrece este noble material para configurar tramas, enriqueciéndolo y participando en un lúdico contrapunto con el concreto en obra limpia que acentúa la horizontalidad. Remata una cubierta voladiza, en concreto que se posa suavemente sobre la edificación.
De modo que todo invita a dejarse llevar por los aromas, colores, sabores, singular dinamismo de una tarea vital, la del intercambio entre mercaderes y compradores. Que se mantiene tan viva como hace más de 2.000 años.
Comprar en el nuevo mercado es un verdadero placer, hoy fui por segunda vez, goce entre verduras y hortalizas frescas, me regale el lujo de una bolsita de cerezas que devore una a una, curucutie entre objetos de quincalleria, bellas camisas hindues, un puestico de ropa y sueteres "made by hand in venezuela", intercambie sabroso con vendedores(as) sonrientes y picarones, que te abordan y estan dispuestos a conversar compres o no compres y subi de nuevo al ultimo piso a gozar un rato de ese privilegio de terraza 360º, mirador del Avila y un poquito evocacion de Montmartre (hay que trabajar los techos del casco, que podrian tener mucho encanto). Desde aqui se puede evidenciar en su justa medida el desatino del IPC que declararo Patrimonio Cultural el mercado viejo: un rancho de zinc !!
ResponderEliminarEl nuevo mercado y otras edificaciones que nos deja la gestion de Leopoldo nos regalan la posibilidad de sentirnos en el 1er mundo.
Gracia spor tu sabroso coentario Raquel!
ResponderEliminarLa verdad es una lástima esa decisión del IPC sobre la ordenanza de no demoler el antiguo mercado. Es un patrimonio la actividad -que en esta nueva sede se revaloriza- no la infraestura que a todas luce se encuentra en muy mal estado. Además, el planteamiento de su demolición implica la construcción allí del centro cívico y la nueva plaza para dar forma a todo un conjunto de edificaciones institucionales que definitivamente, le darán a Chacao una nueva dimensión.
Ya veremos que ocurre con las nuevas autoridades municipales que estamos a punto de elegir. En ellas está el destino del ciudadano común y de su derecho a vivir en una ciudad más amable y con mejores servicios.