sábado, 29 de enero de 2011

¿CREATIVIDAD TELEFÒNICA?


Ante imàgenes como èsta no sè si llorar o reir... asì que opto por desenfundar mi càmara.

Es lamentable el estado actual de las cabinas telefònicas de nuestra ciudad. Les han caido todas las plagas contemporàneas: la compañìa responsable de su mantenimiento, no se ocupa de ellas. Los usuarios cada vez las usan menos dada la supremacìa de los celulares y la proliferaciòn de puestos informales con celulares para llamar a todas las operadoras, asì que no las defienden y por su fuera poco, los rayadores de oficio encuentran en estos equipos abandonados otro lienzo para saciar su sed de tinta. Pero esto es otra cosa. Puro humor urbano. Escoge la tuya.

viernes, 7 de enero de 2011

EL CALVARIO

Pertenezco a una generación de caraqueños que no conoció El Calvario. Un sitio principal de nuestra ciudad que durante más de 30 años fue territorio de delincuentes, hogar del hampa. Pero desde abril de año pasado y después de una serie de trabajos de rehabilitación, limpieza, iluminación y seguridad abre sus famosas escalinatas y le suma a nuestra ciudad, ávida de espacios públicos, una excelente alternativa de disfrute con vista al valle.
El camino a El Calvario está empedrado de anécdotas, mitos y leyendas en una vida que alcanza los 128 años, desde que Antonio Guzmán Blanco, quien hacía sus largos paseos dominicales por esa sinuosa colina, decidiera erigir allí un parque estilo “francés”, desde donde podía dominar lo que entonces era nuestra ciudad y sus alrededores. Es de sobra conocida su debilidad por la arquitectura y los modos franceses. No pocas obras inspiradas en ese particular estilo de hacer arquitectura fueron las que nos legó “el Ilustre Americano”. Algunas de ellas son el Panteón Nacional, el Palacio Federal Legislativo, el Teatro Municipal, el Templo Masónico de Caracas, la Basílica de Santa Teresa, la Santa Capilla, así como las fachadas del Palacio de las Aca
Como todo buen caudillo en 1883 inauguró el nuevo parque con su nombre. De modo que, este lugar al cual una arraigada tradición caraqueña denominaba El Calvario –porque allí se dirigían las fervorosas procesiones de la Semana Santa– pasó a denominarse Paseo Guzmán Blanco. Personalismo puro. Pero esa denominación producto del egocentrismo no lo fue por mucho tiempo. En 1885, tras ascender Joaquín Crespo a la presidencia de la República el nuevo jefe de Estado le cambia el nombre por Paseo Independencia.
Egos van y egos vienen. Igual que estatuas, pero sobre eso volveré más tarde. Mientras tanto digo que a El Calvario llegué gracias a la guía atenta y paciente de Derbys López. Un venezolano nada egocéntrico que comparte generoso sus anécdotas sobre este y otros espacios de valor turístico y patrimonial de nuestra ciudad que lo motivaron a crear una organización, sin fines de lucro y con principios de preservación, denominada Fundhea, Fundación de Historia, Ecoturismo y Ambiente.
Así que Derbys, de hablar pausado y maneras gentiles va desgranando anécdotas a la veintena de caraqueños atentos que asistimos a esa cita vía Facebook y previo pago de 20 bolívares más que solidarios, fraternos con nuestros bolsillos devaluados. En su compañía y bajo la sombra de un frondoso árbol vemos un paisaje típico de Caracas: multicolor y heterogéneo.

Al norte se alza el Palacio de Miraflores, una mole blanca de tardío neo barroco francés. Detrás, hay un conjunto de edificios que nos hablan de viviendas emergidas entre los años ’70 y ’80. A un costado serpentea libre, El Metro, antes de adentrarse en la estación Caño Amarillo. Esa, cuyo nombre le viene tan bien porque es allí donde entra con fuerza la luz que no llega a las profundidades de la que fuera “la gran solución para Caracas” y se ha convertido en el gran problema. A ambos lados trepan, imparables, cientos de ranchos. Muchos de ellos cubrieron sus fachadas de ladrillo rústico con colores estridentes. Una pancarta nos cuenta que esta acción colorida es obra de un programa denominado Barrio Tricolor. Árboles y ranchos crecen a la par y alcanzan los monolitos del más conocido de los arquitectos venezolanos, Carlos Raúl Villanueva, que nacieron con el nombre de 2 de diciembre, entonces, fecha patria. Impronta caudillista de los años ’50. Ido Pérez Jiménez, la democracia los rebautizó como 23 de enero.

Coronando la cima está el Museo Histórico Militar. Más conocido por su condición de albergue post intentona golpista que por su museografía bélica. No he subido ni un solo escalón de las famosas escalinatas de El Calvari
o y cuánta historia hay a mis pies.

A mi espalda está el Arco de la Federación. Erigido por Juan Hurtado Manrique y Alejandro Chataing por encargo del presidente Joaquín Crespo e inaugurado en 1895 en conmemoración de la guerra Federal. Llama mi atención la estridencia del amarillo porque lo recordaba blanco, con ligeros toques de gris en cornisas y esculturas y así lo veo en todas las fotografías de la red y así lo certifica el informe de Funda Patrimonio. Pero no es este el primer trabajo de rescate actual en el que se pone en duda la veracidad cromática de la restauración.
Es chocante ese concepto de pintar lo “viejo” para que se vea “nuevo”. Abomino del esmalte gris concreto y allí lo veo cubriendo la pátina que ha dejado el tiempo sobre barandas y floreros. Me rio imaginando una cuadrilla de obreros galos –galón en mano y brocha en ristre– rumbo a las balaustradas del Puente Nuevo… El pueblo francés enardecido clamaría nuevamente por la guillotina. Pero el cielo es tan azul, la brisa tan fresca y la compañía tan grata que casi olvido el pecado de estos restauradores. La vista se pierde a lo largo de la ciudad y alcanza unas zonas retiradas adonde no llegó la brocha gris. Entonces, las barandas originales esplenden entre el verde musgo que pintó la humedad y el poro abierto de la piedra rugosa. ¡Una maravilla!
Coronando la famosa escalinata ya no está Colón. La apertura de El Calvario –que nuevamente cambió de nombre para llamarse “Parque Ezequiel Zamora”– pagó un precio, desapareció la estatua del almirante genovés que desde 1898 miraba a Macuro desde las escalinatas. En su lugar está Zamora, héroe federal y patrono del socialismo del siglo XXI. Así se perdió la segunda imagen de Colón porque, recordemos, la primera fue bajada a golpes de su pedestal en el paseo del mismo nombre, en las cercanías de la Plaza Venezuela.

Más adelante, la sombreada caminería se abre, rodea unos arbustos al bifurcarse. Derbys se detiene para contarnos que en ese punto del paseo los enamorados se dividían. La dama, los encajes de bolillo y el abanico por un lado; el caballero por el otro. Un ardid romántico festejando el encuentro de los amantes pocos metros más arriba. ¡Me pregunto qué haría entonces la chaperona!
Arriba nos espera “El Parnaso”, una de las cuatro plazas con que cuenta el paseo. Este era, espacio preferido por escritores, poetas y pintores de finales del siglo XIX y comienzos del XX que se reunían en torno al busto del músico venezolano Pedro Elías Gutiérrez para abonar con charla y tertulia al verde trópico con sabor afrancesado.

Otro de los monumentos imperdibles de este recorrido es la capilla ortodoxa “Nuestra Señora de Lourdes” obra de Hurtado Manrique, en estilo neogótico, y construida hacia 1885 por órdenes de Joaquín Crespo. La estatua de Guzmán Blanco popularmente conocida como “El manganzón” fue derribada por una turba luego que éste saliera del poder. La estatua de Bolívar, en la cumbre del parque se mantiene intacta.
Como subimos a pie merecíamos tomar de regreso el transporte que la alcaldía de Libertador acondicionó especialmente. Una suerte de tranvía del siglo XXI, abierto y rojo para desandar sin prisa el camino recorrido. Antes, nos detuvimos a comer empanadas acompañadas de juegos de piña en el Cafè Venezuela. Una terraza con vista al valle más agradecido de Sur América que bien vale una visita.

sábado, 18 de diciembre de 2010

WILLIAM NIÑO ARAQUE

Fotografìa de Natalia Brand (eluniversal.com)

Cae la tarde y nuestra ciudad pierde un caraqueño. Esta vez no fue el hampa; ese mounstruo desatado que nos arrebata a diario tantas vidas, sino el corazòn de un hombre que dedicò su vida a pensar Caracas; a soñarla, a defenderla. Porque para William Niño Caracas siempre fue un sueño, una esperanza. A pesar del caos en que està sumida, de la desidia de la mayorìa de sus habitantes, del abandono continuo de algunos de sus gobernantes. Para èl no habìa ciudad màs hermosa, màs fascinante. Tanto, que a veces su visiòn era incomprendida.

-¿De què ciudad estàs hablando William? Mira la basura acumulada, el tràfico infernal, el hampa desatada. Pero William hacìa caso omiso a esos comentarios que por cotidianos se conviertìan en un eco sordo y continuaba... -Caracas y El Àvila monumental, su jardìn vertical; La Guaira, su frente marìtimo. Porque Vargas no es un estado, insistìa con razòn, es la salida de Caracas hacia el mar...

William se fue asì, de repente. Luego de transitar meses muy duros vìctima de una persecuciòn por el ùnico delito de defender algo en lo que siempre creyò. Junto al cierre -incomprensible, artero- de la Fundaciòn para la Cultura Urbana William viviò un exilio impuesto en una ciudad hermana que lo acogiò sabiendo que ganaba un curador experto; un estudioso de aceras y avenidas; un defensor incansable de la vida urbana. Pero Bogotà, que crece indetenible, vital, dejàndonos atràs en polìticas pùblicas de inclusiòn social no tiene El Àvila, ni emerge surcada de rìos y quebradas. Allà no abundan chaguaramos, palmas washintonia, apamates, ni jabillos. No hay caraqueños de pico y pluma, como solìa llamar a esa hermosa legiòn de loros, guacamayas y guacharacas que vuelan sobre nuestras autopistas y descansan en los postes de luz y en las rejas de los balcones.

Asì que volviò a Caracas lleno de proyectos, de ilusiones. No podìa ser de otra manera. Volviò para constatar como las lluvias torrenciales arrasaban con los cerros, como las quebradas se salìan de cauce. Su corazòn herido precisaba volver a la ciudad del paredòn de Petare -para èl, el màs grande de los monumentos caraqueños-, al 23 de enero y a Catia, a Quinta Crespo y a Sarrìa. A Sabana Grande. Al Altolar su ùltima morada.

Caracas pierde un defensor, ahora, que tanto lo necesita.

jueves, 16 de diciembre de 2010

ARTE TOUR


El Colegio de Arquitectos de Venezuela, reconoce la labor Profesional, Docente y Gremial del Arquitecto Carlos Sosa Icaza, y quiere con este primer ARTE TOUR, difundir también su dilata labor artística. Por ello hemos ideado esta nueva forma de estar en contacto con el arte y sus autores, al visitar su lugar de trabajo y difundir su obra a través de nuestra página web y red social, en donde podrán apreciar no solo las obras, sino también vivir el espacio en donde nacieron.

Agradecemos la disposición de Carlos para este “experimento” expositivo y la valiosísima colaboración del Aqto. Miguel Coronado, quien se avocara a hacerlo realidad.

Lugar: Zona industrial de La Trinidad, calle Luis de Camoes con calle Vega. Edf. Villanova. Piso 5
Horario: Vernes y sàbado de 11:00am a 5:00pm
Màs info en www.cav.org.ve

domingo, 12 de diciembre de 2010

CLIMAX - CARACAS - SABORES

Pedro Mezquita es un escàndalo organizado. A sus infinitas ganas de recorrer Caracas -para descubrir rincones donde comer rico y beber idem- se añade su generosidad para compartir esos secretos con quienes tengan los mismos gustos y una perseverancia inquebrantable. No hay mejor prueba que haber alcanzado, en sòlo 3 años, la 5a ediciòn de la guìa Climax: "Propuestas indispensables para conocer esta ciudad".

Acompañado por Paula Quinteros, la editora de la revista Climax, Pedro no se riende ante las adversidades de un año que termina exhausto de calamidades y publica un compendio de 365 lugares dignos de ser visitados. Uno por cada dìa del año, que no es poco. Sobre todo, teniendo en cuenta la capacidad de reinventarse de muchos de estos lugares. Aquì hay desde recomendaciones para golosos (dònde se hornean las màs ricas caracolas glaseadas), datos valiosìsimos para salir de la rutina de comer siempre lo mismo o en los mismos sitios, hasta los secretos que esconden muchos comedores y recetas de familia. Todo en un lenguaje salpimentado de humor y sabor caraqueños.

Sòlo extraño una cosa en esta ediciòn: las coloridas fotos de las 4 grandes zonas de nuestra ciudad en la que està dividida la guìa y las apetitosas imàgenes que nos regalò en las primeras ediciones.

Es importantìsimo acotar que en un paìs con el 30% de inflaciòn anual, segùn cifras oficiales, la guìa Climax Caracas cuesta lo mismo que hace 3 años: el equivalente a 2 entradas de cine. O sea, ¡lo que ha subido es el precio de la entrada al cine!

SABANA GRANDE ¿Renovada?

Por favor, que alguien me explique esta fachada ciega...
Hace pocos meses se inaugurò la primera etapa del rescate del bulevar de Sabana Grande emprendido por PDVSA La Estancia y no habìa ido a ver las obras ni los cambios que èstas han producido. Aquí voy. Lamentablemente no tomaron en cuenta la propuesta ganadora del concurso convocado en 2007, que ganò la oficina del arquitecto Roberto Pucheti (Aquì màs informaciòn) Digamos que hicieron con Sabana Grande lo mismo que con la esfera de Jesùs Soto en la autopista del este: rescatar lo que la desidia, la vista gorda y la total falta de mantenimiento habìan desecho. Claro, teniendo en cuenta la diferencia de escala. Pero vamos por partes.En lìneas generales se sustituyò el pavimento por otro similar -para mantener la tradicional imagen del bulevar- pero la oficina Enlace arquitectura jugò con los colores y el diseño de la disposiciòn de los adoquines para dinamizarlo visualmente y hacerlo màs atractivo. Se incorporaron piezas que marcan la senda a personas con dificultades visuales y se delimitaron las àreas destinadas al trànsito vehicular con pilonas metàlicas y obstàculos de concreto, estos ùtlimos a mi juicio, sobre dimensionados. Se incorporaron elementos en las intersecciones del bulevar con las calles transversales para darle al peatòn pequeñas àreas de sombra tambièn utilizadas por algunos de los cafès aledaños. Lo que me parece lamantable fue la disposiciòn obligatoria de eliminar todos los avisos publicitarios de la zona. Aunque ciertamente el bulevar no escapaba a la excesiva proliferaciòn de letreros no lo es menos que algunos de ellos -como el de la panaderìa PAN 900, la librerìa SUMA y algunos otros- formaban parte del imaginario colectivo caraqueño ya que tenìan màs de 40 años identificando a estos tradicionales locales comerciales que apesar de las dificultades se mantuvieron firmes en la zona atendiendo a sus clientes fieles. Los avisos no sòlo fueron removidos sino que ni siquiera se tomaron las previsiones para conservarlos y de alguna manera exponerlos preservando su caracter museìstico. Algo similar ocurriò con las santamarìas y la obligatoriedad de instalar el mismo diseño en todos los locales. Lo cual, genera un efecto de "adocenamiento" que nada aporta a las peculiares caracterìsticas de esta emblemàtica zona caraqueña. Màs detalles aquì.Màs del 60% de los locales tradicionales del bulevar (zapaterìas, librerìas, tiendas de discos y de vestir tradicionales) migraron a los centros comerciales debido a la desleal competencia de los vendedores informales que durante tantos años ocuparon el bulevar y a la inseguridad que genera este tipo de comercio.
Es irrecurperable la pèrdida de una de las salas de cine màs hermosas de Caracas, el Radio City que pasò a ser sede de una policia ¿? Llegando a Chacaito el cine Broadway se transformò en un recinto de oraciòn. Naturalmente estos cambios de uso formar parte de la dinàmica de nuestra ciudad donde los centros comerciales han cobrado un protagonismo que resta vitalidad a otras zonas de vocaciòn comercial tristemente desatendidas.Sin embargo, estos trabajos de rescate aùn inconclusos le estàn devolviendo a Sabana Grande su caracter convocante de vida al aire libre y estimulan la participaciòn ciudadana en espacios de calle. Queda aquì constancia de còmo los caraqueños y en especial los niños disfrutan de las actividades que allì se realizan.
Esperamos que una vez concluida la totalidad del proyecto de rescate (desde Chacaito hasta la Previsora) aumente la convocatoria y la participaciòn. Hablando de La Previsora, ¡su reloj nos da la hora nuevamente!

Fotografìas de los cines Broadway, Radio City y Tintorerìa El Àvila: Rossella Consolini.

domingo, 5 de diciembre de 2010

San Isidro Labrador ¿dònde estàs?

Fotografìa tomada de la pag web Noticias 24
"San Isidro Labrador
quita el agua y pon el sol
que esta noche cuando rece
yo te ofrezco una oraciòn."

Pasè muchos recreos de mi infancia recitando esta plegaria. Los que habitamos esta tierra bendita de dos estaciones -seca y lluviosa- muchas veces vimos frustradas nuestras ganas de salir a jugar debido a la lluvia. Pero el daño no pasaba de ahì. Los que nacimos entre mayo y octubre, perìodo oficialmente "lluvioso", casi tenìamos garantizado un chaparròn en nuestra piñata. Entonces, este verso se hacìa coro. Se necesita del sol para romper una piñata en la grama.

Pero el periodo lluvioso se ha extendido y ¡còmo!

La primera vez que lo sufrì fue en 1996. Mi hija cumplìa su primer año y yo llevaba varios meses preparando su piñata. La fiesta fue en un parque la ùltima semana de noviembre y el aguacero que cayò fue tal que asistieron la mitad de la mitad de los niñitos que invitè. Menos mal que habìa contratado a un cuentacuentos; y hoy, què ingrata, ¡no recuerdo el nombre de quien nos salvò la fiesta! Lo cierto es que no hubo San Isidro, ni cuchillos cruzados sobre plato de torta -sincretismo caribeño- que amanzara la furia del agua. A la hora del cumpleaños-feliz-te-deseamos-a-ti... tenìamos el barro hasta las rodillas. Llegaba diciembre y no se asomaba el azul caracterìsitico de nuestro cielo decembrino.

La segunda arremetida lluviosa fue en 1999. La lluvia cayò incesante y produjo la dolorosa tragedia de Vargas y parte del estado Miranda donde fallecieron -segùn unas cifras para nada conclusivas- màs de 7.000 personas. Ni hablar de los que se quedaron sin hogar. El año pasado tambièn hubo derrumbes considerables, especialmente en el estado Miranda. Hoy, 11 años despuès de la vaguada de Vargas estamos bajo las aguas y lo peor es que no aprendimos la lecciòn.Ya van 11 dìas continuos de incesantes aguaceros de la mayor intensidad desde que tenemos cifras. Es decir, 122 años. Fecha en que fue fundado el Observatorio Cajigal; instituciòn llamada a hacer estas mediciones. Los daños son enormes. Hasta el momento 34 personas han perdido la vida y se cuentan màs de 90.000 damnificados. Vìas obstaculizadas por derrumbes de terrenos adyacentes o peor aùn colapsadas debido a que los terrenos que las cimentaban cedieron bajo las aguas. Pero, ¿era predecible esta situaciòn? Por supuesto que sì. En un paìs tropical donde año tras año se ha incrementado el caudal de lluvias no sòlo en la duraciòn sino en la intensidad y los indicadores señalan que seguirà siendo asì; donde màs del 50% de las viviendas son autoconstruidas y un altìsimo porcentaje de ellas se encuentra en terrenos vulnerables, a orilla de quebradas o sobre el cause natural de muchas de ellas; donde no existe ninguna implementaciòn de polìticias pùblicas para enfrentar contingencias; donde impera la tala indiscriminada de cerros y la ejecuciòn de taludes en contra de la topografìa; donde los desechos sòlidos (ni clasificados, ni reciclados, ni recogidos con la mìnima eficiencia esperada) van a parar a alcantarillas y desagues desatendidos en el perìodo seco. En fin, una sumatoria de factores que un gobierno con laaaaaargos 12 años de antiguedad no enfrenta, no resuelve, no atiende.
Todos los venezolanos estamos afectados. Los que perdieron su humilde vivienda construida durante años de ahorro y de trabajo, a punta de subir al cerro bloques y cabillas; los que temen perderla porque el gobierno està llamando a invadir viviendas desocupadas temporalmente; los que estàn trabajando incansablemente en recoger insumos y alimentos para ayudar a los que han perdido todo; los que transitamos por una vialidad colapsada y en lugar de tardarnos las dos o tres horas acostumbradas en el trànsito caraqueño -que ya no da màs- perdemos cuatro o cinco en llegar a nuestras casas; los que no duermen pensando si su vivienda resistirà otro aguacero; nuestros niños y jòvenes que pierden clases y se encuentran expuestos a quièn sabe cuàntas enfermedades como consecuencia de esta situaciòn.

Que quede claro. Esto no es un terremoto de enormes proporciones, un tsunami, ni nada parecido. Esta es una situaciòn que se viene repitiendo año tras año sin que se tomen las medidas necesarias. Ya acotamos los caudales excesivos de agua en esta temporada pero las consecuencias son producto de lo que no se ha hecho en materia de infraestructura. De lo que no se ha planificado. De lo que no se ha construido ni mantenido. ¿Hasta cuàndo?

Imàgenes tomadas de http://www.voluntadpopular.com/voluntariosenred/?tag=caracas

VIÑA DEL MAR

VIÑA DEL MAR

Cuando vi saltar las olas sobre la balaustrada del malecón bañando el asfalto  pensé: El Pacífico como que no lo es tanto. Tiene su car...