Frente al mar Caribe y disfrutando del calor tropical matizado por una fresca brisa decembrina, por todos lados surgen renos, muñecos de nieve y pinos copiosamente nevados. Claro, como son de plástico, ese maravilloso sol que siempre nos acompaña no los derrite. Las fachadas de los edificios de vivienda, de oficinas y de centros comerciales se visten también de montones de lucecitas parpadeantes y enormes lazos de rojo escandaloso.
Pero desde hace 2 años, las alcaldías de Baruta, Chacao y Libertador han invertido cuantiosos recursos en darle a nuestra ciudad, algo más que arbolitos escuálidos y rollizos muñecos de nieve artificial. Yo lo celebro.
Copio abajo un interesante artículo de Javier Brassesco publicado en
eluniversal.com que resume con atinadas palabras el impacto que tienen estas intervenciones urbanas en nuestra ciudad según el punto de vista de tres conocidos expertos en el área.
“Expertos discrepan sobre los adornos navideños de la ciudad
Mientras algunos critican el acabado, otros rescatan el espíritu que reflejan. Desde una Hannia Gómez, a quien no le gustan nada, hasta un William Niño, que piensa que generan mucha alegría en los niños. Los adornos navideños que se han colocado en distintos puntos de la ciudad generan distintas opiniones entre los expertos.
Gómez, arquitecta que dirige Fundación para la Memoria Urbana, se queja sobre todo de la mala calidad de los mismos, tanto de los que se han colocado sobre el río Guaire como los que existen en Plaza Venezuela o Chacao: "Se quiere hacer mucho con pocos recursos y entonces se improvisa: se ven los tirros y los cables y se toman días en montar esas luces y luego en sacarlas, lo cual va en contra del objetivo primario, que debería ser festejar".

Y además aprovecha la ocasión para protestar por algo que viene denunciando desde hace años y que no permite que en Caracas se sienta la Navidad: la excesiva publicidad: "Una vez pasé una Navidad en Madrid y allí bastaba con poner unos farolitos y toda la ciudad parecía una pesebre, pero aquí, para "gritar" más alto que la publicidad, hay que hacer aparatosos montajes y por eso surgen esos esperpentos".
La urbanista María Isabel Peña, por su parte, considera que es muy interesante que se haya decidido iluminar el río Guaire, aunque ella eliminaría lo figurativo. También en Chacao cree que, en lugar de haber utilizado la figura de Pacheco, hubiera sido más apropiado iluminar el municipio con formas abstractas.
William Niño, arquitecto y crítico de la ciudad, no se muestra esta vez tan crítico: antes que mostrarse excesivamente severo en cuanto a la terminación de los adornos navideños, prefiere pensar en la alegría que los mismos producen en los niños.
Piensa además que, independientemente de las críticas, el Guaire ha recuperado su valor iconográfico. La intervención de Las Mercedes y Los Caobos le impacta por su dimensión, y espera que otra vez vuelvan las aves y los caimanes de luces al Jardín Botánico. También tiene la esperanza de que la plaza O'Leary, un punto estratégico de la ciudad, no sea olvidada a la hora de los adornos de Navidad.”
Yo estoy de acuerdo con Hannia en que no hay quien compita con las enormes vallas publicitarias y, por si fuera poco, con la “Navidad corporativa”, esa cantidad de arbolitos y nacimientos decorados con logotipos bancarios, pero también con William. Definitivamente creo que le dan alegría y color a nuestra ciudad.

Las olas azul y verde sobre las que navegan peces brillantes que acompañan a caimanes inofensivos; caracoles e insectos gigantes, me ayudan a pensar que es posible rescatar la pureza que alguna vez tuvieron las sepias aguas del río Guaire.
En fin, espero algún día pasar una
¡FELIZ NAVIDAD!
Fotografía "Río de luz" : rubenvirtual.blogia.com