A principios del Renacimiento los maestros florentinos dominaban el secreto matemático de la perspectiva y los flamencos el misterio alquímico de los pigmentos…
Federico Andahasi, “El Secreto de los flamencos”
Decir Patricia Van Dalen es decir color. Color a los cuatro vientos. Color en círculos y mosaicos. Color en banderas que ondean flamantes sus naranjas estridentes sobre verdes intensos. Color vistiendo paredes, estallando en líneas, delineando sueños.
En este trabajo plástico se expresan sin mezclarse 3 colores secundarios: gris, verde y violeta con dos colores primarios: amarillo y azul. La ausencia del rojo –acota la artista– es totalmente intencional. Considera que durante mucho tiempo hemos estado sobreexpuestos a ese color y es necesario valorizar otros. Concebida sobre la base de un programa de computación adicionando capas de puntos de colores, Patricia juega, quita y pone en su afán de darle figura hasta a lo que luce más abstracto y vaya sí lo logra. Círculos aparentemente dispersos sugieren araguaneyes o acacias en flor y entablan un diálogo armónico con los mosaicos que los enfrentan. Arte que nace de la búsqueda de la artista, que toma forma en la computadora y que se rinde al azar, al juego infinito de los laberintos de la memoria generando nuevas formas.
Largas y placenteras horas contemplando esos coloridos jardines parisinos generaron en la mente de Patricia la necesidad de representarlos en este mural de
Inspirado en la serie CSY y en Google air, el célebre programa de Internet, recrea las manzanas de cualquier ciudad contemporánea vista desde el aire donde conviven tonalidades y texturas, llenos y vacíos. El blanco es el fondo ideal para realzar el colorido, y, el uso de retazos de obras anteriores rinde su pequeño tributo al reciclaje. Es así como pinceladas de acrílico azul o amarillo, salpican planos más grandes de colores puros. En esta obra, Patricia Van Dalen pinta recortando, pegando, reciclando, componiendo líneas y superponiendo formas. De súbito, un cuadro roto enmarca la sorpresa: uno de los múltiples bastidores que componen esta obra coral, desnuda sin pudor la pureza de sus líneas.
La verde “grama” cubre las tres últimas paredes de la galería y allí se posan 4.082 banderitas rosadas, rojas y anaranjadas en estricto orden.
Expuesto por primera vez en el año 2003, este jardín que rinde homenaje al cinetismo –sin duda la expresión plástica que más nos ha representado en el exterior gracias a la impronta dejada por los maestros Soto y Cruz-Diez–Patricia Van Dalen lo recrea dentro de un espacio cerrado. Confinado por tres paredes a modo de cierre, la cuarta pared es un plano virtual que nos comunica con el resto de la galería. Es precisamente allí, en este espacio lúdico donde concluye el recorrido por la obra brillante, festiva, cálida de una artista que ha sabido plasmar en distintas técnicas toda la alegría y la fuerza de una expresión abstracta que está llena de figura y de fondo.
He paseado un ratillo leyendo tus entradas. He visto cosas interesantes y sugerentes. Me ha gustado ese aire fresco de tu blog.
ResponderEliminarUn saludo
Francisco Javier, mi hijo, se dió una ducha de colores!
ResponderEliminarCon tu escritura me hiciste caminar y admirar la exposición donde el color estuvo de tono subido
ResponderEliminarQue bueno
Un abrazo