Por primera vez escribo aquí mis impresiones sobre una película. Esto no es un blog de cine ni yo una crítica cinematográfica ¡a pesar de que sí soy cinéfila! pero la nueva película de Elia Schneider me gustó mucho, así que me saltaré esas normas. Pero además, tengo una razón súper válida; DES-AUTORIZADOS es una película donde Caracas es una gran protagonista. Una Caracas distinta a la que vemos a diario a pesar de ser la misma. Una ciudad recreada desde la visión onírica, lúdica de la directora. Donde el Hotel Humboldt, específicamente, el gran salón cuya vidriera de piso a techo nos regala una vista panorámica de la ciudad, se convierte en la casa de la actriz/amante; y el Parque El Calvario en el hogar/estudio del atormentado dramaturgo.Desde el comienzo, con las primeras imágenes saturadas de color, buenos acordes musicales y relajada gestualidad del trio Deses3adas, (Aisha Stambouli, Minerva Borjas y Mariana Socorro) sabemos que algo bueno nos espera. Y así es. Las sorpresas se suceden en cadena y la trama compleja, se decanta gota a gota con la fluidez de los personajes. Seres tan reales como los papeles que interpretan desdoblándose en roles desconcertantes, cómicos, líricos, trágicos, arquetípicos que nos envuelven casi sin darnos cuenta en un devenir de situaciones disparatadas, surrealistas, pero siempre posibles en el universo ilimitado de la imaginación.
No he visto las anteriores cintas de Elia Schneider (Huelepega y Punto y Raya) -ambas premiadas internacionalmente- pero este es un trabajo íntimo, una "radiografía de su mundo interior" según las propias palabras de la autora. Y aunque cada cabeza es un mundo, no dejamos de identificarnos con alguno de los personajes creados por ella y delineados por Rosa Clemente, guionista venezolana y el escritor y periodista uruguayo Fernando Butazzoni. La factura técnica -fotografía, iluminación, banda sonora, edición y montaje- son de alta calidad y así lo percibí como espectadora.En cuanto a las imágenes de Caracas es un deleite disfrutar de los majestuosos espacios neogóticos de la Escuela de Enfermería de la UCV convertidos en una suerte de sala de exposición/patíbulo, lleno de detalles museísticos, dirigido por un "mecenas" de dudoso altruismo. Ver el Valle de Caracas desde El Calvario es un placer al que hemos renunciado por temor a la inseguridad y aquí, se nos permite íntegro. Es una maravilla admirar la interminable fachada neogótica del Palacio de las Academias como telón de fondo de una de las secuencias de la película.Así que DES-AUTORIZADOS es una excelente opción para ir al cine en estos días santos a perderse en la rica trama que teje la afiebrada mente de una creadora dando vida a sus personajes y desatando los fantasmas que andan sueltos siempre que las hadas -esta vez vestidas de estridentes colores- se lanzan por estas calles húmedas y calurosas a cantar y a contar historias.
Ojalá la vean muchos venezolanos, especialmente, aquellos que se la pasan diciendo que el cine nacional sólo habla de policías y malandros.
(La foto de la cabecera es de ODOARDO RODRÍGUEZ)
Ojalá la vean muchos venezolanos, especialmente, aquellos que se la pasan diciendo que el cine nacional sólo habla de policías y malandros.
(La foto de la cabecera es de ODOARDO RODRÍGUEZ)
No hablará de pacos y malandros, pero esa película es de lo peorcito que ha producido el cine venezolano, y eso ya es decir bastante. Sus supuestos aires de originalidad y metaficción son en realidad una excusa para un muy mal narrar, para un guión de diálogos tontos y cursis y de personajes superficiales y estereotipados. Una pésima película, en fin, que pretende conquistarnos a pesar de todas sus mediocridades y debilidades con el uso de una serie de efectos visuales para nada novedosos, y una estética que en los años 50 quizás habría sido original y vanguardista, pero que hoy es kitsch y poco más. Por si fuera poco, el intento de combinar el humor (uno bastante pobre, eso sí) con la intensidad dramática y el rollo beckettiano del teatro San Martín, nos da un adefesio que no llega a ser ni una cosa ni la otra, y que nos tiene, desde el minuto 15, rogando que esa hora y media pase rápido para poder irnos a nuestras casas.
ResponderEliminarRecomendar esta película es un crímen. El cine está demasiado caro.
Para "anónimo" -qué lástima no saber su nombre- el crimen soy yo.
ResponderEliminarCreo que el comentario de Anónimo recurre a ciertos clichés y desecha los argumentos, lo cual es algo bastante facilista. En cambio, el texto de Vidal ofrece criterios para construir un análisis del film, en su caso desde una óptica de su profesión, lo cual es muy válido.
ResponderEliminarEs una pelicula excelente, muy bien narrada , llena de imagenes increibles, lo que dice de los personajes superficiales y estereotipados es porque no entendio nada de que va todo esto. Perdio el tren, se quedo varado en sus prejuicios. A mi me parecio genial es lo mejor que he visto en el cine nacional. Lamento mucho ver comentarios tan banales como este que acabo de leer, le recomiendo una terapia anti stress , vaya a un museo a un concierto, lea un libro , cultivese, le hace falta para entender lo que esta ahi y no se ve.
ResponderEliminarExcelente esta pelicula , una propuesta original, unica en el cine venezolano. La recomiendo ampliamente.
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